1 Cual ciervo jadeante en busca del agua, así te busca, oh Dios, todo mi ser. 2 Tengo sed de Dios, del Dios de la vida. ¿Cuándo podré presentarme ante Dios? 3 Mis lágrimas son mi pan de día y de noche, mientras me echan en cara a todas horas: «¿Dónde está tu Dios?» 4 Recuerdo esto y me deshago en llanto: yo solía ir con la multitud, y la conducía a la casa de Dios. Entre voces de alegría y acciones de gracias hacíamos gran celebración.